Homenaje a Vilma Espín, heroína de la Revolución Cubana

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“¿Qué ofreció la revolución triunfante a nuestras mujeres? Una nueva vida, llena de posibilidades y perspectivas, donde sus sueños más profundos podrían hacerse realidad. Una sociedad donde lo más preciado para todos nosotros —el futuro de nuestros hijos— estaría asegurado. Una sociedad diferente, donde las personas serían dueñas y dueñas de su propio destino, donde ejercerían plenamente sus derechos, donde surgirían nuevos valores. El triunfo ofreció a nuestras mujeres la oportunidad de estudiar y trabajar, les brindó seguridad económica, poniendo fin así a la opresión y las penurias. Abrió perspectivas de atención médica y seguridad social. Para las mujeres, la revolución significó la oportunidad de alcanzar la dignidad humana.” -Vilma Espin

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Homenaje a Vilma Espín, heroína de la Revolución Cubana

7 de abril de 1930 – 18 de junio de 2007


Por Carlos “Carlito” Rovira

Uno de los momentos más destacados de la Revolución Cubana de 1959 es el papel de las mujeres. Entre las heroínas de este acontecimiento histórico se encontraba Vilma Lucila Espín Guillois, más conocida como Vilma Espín. Nació el 7 de abril de 1930 en Santiago de Cuba, en el seno de una familia relativamente adinerada que le inculcó valores progresistas. Fue durante sus años de formación cuando desarrolló una fuerte afinidad con los pobres.

Espín se involucró políticamente a temprana edad, mientras estudiaba ingeniería química en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba. Allí organizó manifestaciones estudiantiles contra el golpe militar de 1952 y la dictadura del infame títere estadounidense Fulgencio Batista. En un país donde prevalecían la pobreza, la miseria y la agitación, la joven Vilma se vio obligada a cuestionar las causas de los sucesos desagradables que presenciaba.

Aunque el estatus político de Cuba se disfrazaba hábilmente con apariencias de “independencia”, en realidad se encontraba bajo un dominio colonial estadounidense. Cuba fue invadida y colonizada militarmente junto con Filipinas, Guam y Puerto Rico como consecuencia de la Guerra Hispano-Estadounidense de 1898.

Mi retrato de Vilma Espin. 24″ X 30″, pintura acrílica sobre lienzo.

Tras completar sus estudios de posgrado en el Instituto de Tecnología (MIT) de Cambridge, Massachusetts, Vilma Espín se convirtió en una de las primeras cubanas en obtener un título en ingeniería química. A su regreso a Cuba, conoció al revolucionario cubano Frank País, de 22 años. Poco después, participó con entusiasmo en la organización del Movimiento 26 de Julio.

Vilma Espín comenzó a trabajar como mensajera entre los sobrevivientes del fallido asalto al Cuartel Moncada de 1953, exiliados en México, y el movimiento anti-batista en Cuba. Tras la desastrosa llegada a Cuba del yate Granma, que transportaba combatientes revolucionarios que se enfrentaron en un tiroteo con tropas batistianas, Vilma Espín se unió a Fidel y Raúl Castro en la Sierra Maestra. Para entonces, Espín ya era guerrillera.

Tras demostrar su lealtad a la causa revolucionaria con el cumplimiento diligente de sus deberes, Espín alcanzó un rango de liderazgo en el Ejército Rebelde, junto a figuras como Ernesto Che Guevara, Fidel Castro Ruz, Raúl Castro Ruz, Celia Sánchez, Haydée  Santamaría, Melba Hernández, Camilo Cienfuegos, Teté Puebla y otros.

Con el tiempo, las circunstancias de su actividad política influyeron en la vida personal de Vilma Espín y del líder del Ejército Rebelde, Raúl Castro Ruz. Ambos revolucionarios iniciaron una relación romántica y contrajeron matrimonio poco después del derrocamiento del régimen de Batista. Formaron una familia con cuatro hijos: tres mujeres y un varón. Sus nombres son Déborah, Mariela, Nilsa y Alejandro (Castro Espín).

Raul Castro Ruz y Vilma Espin.

Además de ser figura política en el gobierno cubano y el Partido Comunista, Espín desempeñó un papel ejemplar en su campo profesional como ingeniera química. Lideró el camino para establecer la industria química del país, en sectores como bio-farmacéuticos, gases industriales y medicinales, fertilizantes, pesticidas y más.

Las contribuciones de Vilma Espín en este campo científico resultaron valiosas para la investigación médica cubana en vacunas y tratamientos para enfermedades infecciosas como la COVID-19, el VIH/SIDA, el ébola, así como para el cáncer, entre otras. Mucho después de su muerte, los logros de su labor siguen desempeñando un papel vital en la lucha contra el vengativo bloqueo económico estadounidense.

De izquierda a derecha: Vilma Espín, Fidel Castro Ruz, Raúl Castro Ruz y Celia Sánchez.

A medida que se acercaba el momento de la toma del poder, la labor de Vilma Espín como destacada agente de inteligencia de la red clandestina de espionaje del Movimiento 26 de Julio resultó decisiva para desmoralizar y neutralizar a las tropas enemigas. Espín también fue responsable de mantener un flujo constante de armas, alimentos y suministros médicos para las fuerzas revolucionarias en la Sierra Maestra.

Conocida en los entresijos de la organización, Espín desempeñó un papel fundamental en la creación del nuevo gobierno revolucionario. Fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba de 1965 a 1989. Fue presidenta de la Comisión de Prevención Social de 1967 a 1971, directora de Desarrollo Industrial del Ministerio de Alimentación en 1971, presidenta del Instituto de Puericultura y miembro del Consejo de Estado de Cuba en 1976. Además, Vilma Espín fue representante de Cuba en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Es lógico que la hija de Vilma Espín y Raul Castro Ruz, Mariela Castro Espín, se viera influenciada ideológicamente por los ideales de la revolución durante su infancia. Hoy, Mariela es conocida mundialmente como una destacada portavoz de los derechos LGBTQ+ en Cuba, como directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba.

La Federación de Mujeres Cubanas

Y como Vilma Espín fue un baluarte de las ideas revolucionarias, defendiendo el socialismo. Ella se propuso como misión de vida desafiar las tradiciones retrógradas establecidas desde hace tiempo por la Iglesia Católica Romana, especialmente aquellas que justificaban la opresión de género. Por ello, Espín fue una firme defensora de la igualdad de género y en 1960 se propuso crear la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

Miembras de la Federación de Mujeres Cubanas (La Federación de Mujeres Cubanas)

La FMC es una fuerza organizada con el propósito de empoderar a las mujeres en Cuba. A lo largo de su existencia, la organización ha presentado y defendido la promulgación de decretos que protegen los intereses de las mujeres. Vilma Espín presidió la FMC hasta su fallecimiento el 18 de junio de 2007.

La FMC sigue siendo un órgano vital de la Revolución Cubana. Sigue el lema de que sin la participación de las mujeres se obstaculizarían los objetivos de la revolución. Por eso, el apoyo del Partido Comunista a la FMC es de suma importancia.

La FMC abordó temas de suma importancia para las mujeres, como:

• Un pronunciamiento general a favor de la igualdad de derechos de las mujeres.

• Integración de las mujeres en la política y la administración pública.

• Integración completa de las mujeres en la economía.

• Atención médica adecuada para las mujeres.

• Cuidado infantil para los más pequeños.

• Acceso de las mujeres a la educación.

• Reorganización de los hogares que mantienen a las mujeres en posiciones de subordinación.

• Creación de clases de defensa personal para mujeres con el fin de erradicar el maltrato físico.

Durante la invasión de Bahía de Cochinos, la FMC se alzó en armas en defensa de su país.

Durante la invasión de Bahía de Cochinos, organizada por la CIA, en 1961 y, de nuevo, durante la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962, el papel de Vilma Espín en la Federación de Mujeres Cubanas fue vital. Esta poderosa organización de masas movilizó a mujeres de todas las edades para la batalla en un momento amenazante, cuando la intervención estadounidense parecía probable. Se mantuvieron listas como parte de una infraestructura armada que abarcaba a toda la sociedad cubana.

En los días previos a la invasión de Bahía de Cochinos, la CIA llevó a cabo actos de sabotaje contra el suministro de alimentos del país. Muchos campos de cultivo fueron incendiados brutalmente. El gobierno cubano decretó el estado de emergencia. El Ejército Revolucionario Cubano y las diversas organizaciones de masas, incluida la FMC, se movilizaron. Miles de mujeres armadas, en contingencias organizadas, fueron enviadas a los campos de cultivo de toda Cuba.

A pesar de las dificultades que enfrenta Cuba a causa del bloqueo económico estadounidense, la FMC sigue siendo la parte más profunda del legado de Vilma Espín. Lo que ella simboliza es una gran fuente de energía para la resiliencia del pueblo cubano.

Su nombre sigue inspirando a quienes aman la libertad en todo el mundo, especialmente a quienes siguen sus pasos en la defensa de la patria cubana. Los innumerables ejemplos de valor y altruismo de Vilma Espín sin duda demuestran su noble carácter, pero al mismo tiempo ponen de relieve la fuerza moral y la legitimidad de la Revolución Cubana.

¡Viva la Revolución Cubana!

Tribute to VILMA ESPIN, a heroine of the Cuban Revolution

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“What did the triumphant revolution offer our women? A new life, filled with possibilities and prospects, in which their deepest dreams might become reality. A society in which that which is most precious to us all-our children’s future-would be assured. A different society, where the people would be masters and mistresses of their own destiny, where they would exert their rights fully, where new values would come into being. The triumph offered our women the opportunity to study and to work, it offered them economic security, thereby putting an end to oppression and hardship. It opened prospects of health care, of social security. For women, the revolution meant the opportunity to attain human dignity.” -Vilma Espin.

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Para la versión en español: https://carlitoboricua.blog/?p=13709&preview=true

Salute to Vilma Espin, heroine of the Cuban Revolution

April 7, 1930 – June 18, 2007

By Carlos “Carlito” Rovira

One of the greatest highlights of the 1959 Cuban Revolution is the role played by women. Among the heroines of this historic event was Vilma Lucila Espin Guillois, better known as Vilma Espin. She was born on April 7, 1930, in Santiago De Cuba to a relatively wealthy family that taught her progressive values. It was during her formative years when she developed affinities for the poor.

Espin became politically active at a young age during her studies for chemical engineering at the University of Oriente, in Santiago de Cuba. She organized student demonstrations there against the 1952 military coup and dictatorship of the notorious U.S.-puppet Fulgencio Batista. In a country where poverty, misery, and turmoil prevailed compelled the young Vilma to question what the causes were for unpleasant things she witnessed.

Although the political status of Cuba was cleverly disguised with semblances of “independence” it was actually under a colonial-type domination by the United States. Cuba was militarily invaded and colonized along with the Philippines, Guam and Puerto Rico, the consequence of the 1898 Spanish-American War.

My portrait of Vilma Espin. 24″ X 30″, acrylic paint on canvas.

After completing her post-graduate studies at the Institute of Technology (MIT) in Cambridge, Massachusetts Vilma Espin became one of the first Cuban women to earn a degree in chemical engineering. When Espin returned to Cuba, she met with the 22-year-old Cuban revolutionary Frank Pais. Soon after, she eagerly participated in organizing the July 26 Movement.

Vilma Espin began working as a messenger between survivors of the failed 1953 Moncada Barracks attack exiled in Mexico and the anti-Batista movement in Cuba. After the disastrous arrival to Cuba of the Granma yacht carrying revolutionary combatants who engaged in a gun battle with pro-Batista troops, Vilma Espin joined Fidel and Raul Castro in the Sierra Maestra. By then Espin was a guerilla fighter herself.

After Espin proved her loyalty to the revolutionary cause by diligently performing her duties, she earned a leadership rank in the Rebel Army, alongside figures like Ernesto Che Guevara, Fidel Castro Ruz, Raul Castro Ruz, Celia Sanchez, Haydee Santamaria, Melba Hernandez, Camilo Cienfuegos, Teté Puebla, and others.

Eventually, the circumstances of political activity influenced the personal lives of Vilma Espin and Rebel Army leader Raul Castro Ruz. The two revolutionaries developed a romantic relationship and married shortly after the overthrow of the Batista regime. They established a family with four children, three daughters and a son. Their names are Deborah, Mariela, Nilsa, and Alejandro (Castro Espin).

Raul Castro Ruz and Vilma Espin.

In addition to serving as a political cadre in the Cuban government and Communist Party, Espin played an exemplary role in her professional field as a chemical engineer. She led the way to establish the country’s chemical industry, such as in biopharmaceuticals, industrial and medicinal gases, fertilizers, pesticides, and more.

Vilma Espin’s contributions in this scientific field proved valuable for Cuba’s medical research in vaccines and treatments for infectious diseases like Covid-19, HIV/AIDS, Ebola, as well as for cancer and so on. Long after her death, the achievements of her work continue to play a vital role pushing back on the vindictive U.S. economic blockade.

From left to right: Vilma Espin, Fidel Castro Ruz, Raul Castro Ruz, and Celia Sanchez.

As the moment for the seizure of power approached, Vilma Espin’s work as a leading intelligence operative for the underground spy network of the July 26 Movement proved decisive for demoralizing and neutralizing enemy troops. Along with another Cuban revolutionary heroine Celia Sanchez, Espin was responsible for maintaining a steady flow of weapons, food, and medical supplies for revolutionary forces in the Sierra Maestra Mountains.

Being well-versed in the intricacies of organization, Espin played a pivotal role in the creation of the new revolutionary government. She served as a member of the Central Committee of the Cuban Communist Party from 1965 to 1989. She was chair of the Commission for Social Prevention from 1967 to 1971, director of Industrial Development in the Ministry of Food in 1971, President of the Institute of Childcare, and member of the Cuban Council of State in 1976. In addition, Vilma Espin served as Cuba’s representative on the United Nations General Assembly.

No one can ever dispute that Vilma Espin’s and Raul Castro Ruz’s daughter, Mariela Castro Espin, took after both her parents. It is evident that she was ideologically influenced by the ideals of the revolution during her childhood rearing. Today, Mariela is known throughout the world as a leading voice for LGBTQ+ rights in Cuba, as director of the Cuban National Center for Sex Education.

The Federation of Cuban Women

Vilma Espin was a bulwark for revolutionary ideas, upholding Socialism. She made it her life-mission to challenge backward traditions long established by the Roman Catholic Church, especially, that which justifies gender oppression. This is why Espin was an outspoken advocate for gender equality and in 1960 she set out to create the Federation of Cuban Women (La Federación de Mujeres Cubanas, FMC).

Members of the Federation of Cuban Women (La Federación de Mujeres Cubanas)

The FMC is an organized force with the purpose of empowering women in Cuba. Throughout its existence the organization has introduced and argued for enacting decrees that protect the interest of women. Vilma Espin served as president of the FMC until her death on June 18, 2007.

The FMC continues to be a vital organ of the Cuban Revolution. It follows the motto that without the participation of women would pose a hinderance to the aims of the revolution. This is what made the Communist Party’s support for the FMC a matter of supreme importance.

The FMC addresses issues of the utmost concern to women, such as:

  • A general pronouncement for women’s equal rights.
  • Intergration of women in politics and government administration.
  • Complete integration of women into the economy.
  • Adequate healthcare for women.
  • Childcare for the very young.
  • Women’s access to education.
  • Reorganizing households that keep women in subservient positions.
  • Creating self-defense classes for women to end physical abuse.

During the Bay of Pigs invasion, the Federation of Cuban Women picked up arms in defense of their country.

During the CIA-organized Bay of Pigs invasion in 1961 and the Cuban Missile Crisis of 1962, Vilma Espin’s role in the FCW was vital. This powerful entity mobilized women of all ages for battle during a threatening moment when U.S. intervention seemed likely. They stood ready as part of an armed infrastructure composed of all mass organizations in Cuban society.

In the days leading up to the Bay of Pigs invasion the CIA conducted acts of sabotage on the country’s food supply. Many crop fields were viciously set ablaze. A state of emergency was called by the Cuban government. The Revolutionary Cuban Army and the various mass organizations, including the FMC, were mobilized. Thousands of armed women in organized contingencies were dispatched to farming fields throughout Cuba.

Despite the hardships Cuba faces caused by the U.S. economic blockade the FMC continues to be the most profound part of Vilma Espin’s legacy. What she symbolizes provides a big energy source for the continual resilience of the Cuban people.

This heroine’s name continues to inspire freedom-loving people throughout the world, especially those following in her footsteps in defense of the Cuban homeland. Vilma Espin’s countless examples of valor and selflessness surely point to her noble character, but at the same time sheds light on the moral strength and legitimacy of the Cuban Revolution.

LONG LIVE THE CUBAN REVOLUTION!