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Por Carlos “Carlito” Rovira
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“Vamos a emanciparnos de la esclavitud mental porque mientras que otros pueden liberar el cuerpo, nadie más que nosotros mismos puede liberar la mente. La mente es tu único gobernante, (es) soberana. El hombre que no es capaz de desarrollar y utilizar su mente está destinado a ser esclavo de otro hombre que utilice su mente.” –Marcus Mosiah Garvey
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Desde muy joven, Marcus Garvey se interesó por las causas de la opresión de los negros. Al llegar a un mundo lleno de odio racista contra los negros, Garvey buscó formas de lograr la justicia y la igualdad para las personas de origen africano.
Garvey se convirtió en la figura central de un movimiento social que se desarrolló a principios del siglo XX en Estados Unidos. Fue el fundador y líder de la famosa Liga Universal para el Mejoramiento de los Negros y las Comunidades Africanas (UNIA-ACL, por sus siglas en inglés), conocida como UNIA.
La trayectoria vital de Garvey consistió en convertirse en el catalizador del panafricanismo, un movimiento de profunda significación que surgió tras la esclavitud. Este movimiento crítico definió las aspiraciones y los sentimientos nacionalistas de los negros de todo el mundo en la era moderna.
En muchos de sus discursos públicos, Marcus Garvey dio prioridad a exponer el orgullo negro para contrarrestar el arma psicológica histórica de la supremacía blanca contra los negros y otras personas de color: el racismo interiorizado.
El famoso Renacimiento de Harlem, que reveló la belleza de la cultura afroamericana y al mismo tiempo derribó muchos mitos racistas, fue el resultado del llamado de Marcus Garvey a que los negros fueran profundos con su identidad en todas las áreas de expresión digna.
El Renacimiento de Harlem fue una explosión cultural en el ámbito de las artes escénicas, literarias y visuales que sirvió para desacreditar las afirmaciones de la supremacía blanca sobre la intelectualidad negra “inferior.” Este fue un movimiento que convirtió a Harlem en el centro político y cultural del pueblo afroamericano.
La premisa fundamental de la UNIA reclamaba 1) el derecho de los negros a la autodeterminación 2) el derecho al poder económico 3) el derecho a tener instituciones educativas negras 4) el derecho a no sufrir violencia racista, etc. Para millones de negros, la visión de la UNIA era una propuesta atractiva teniendo en cuenta los siglos de degradación, violencia, desprecio y opresión legalizada.
Las filas de la UNIA alcanzaron proporciones enormes en 1920, con 30 secciones en Estados Unidos y millones de miembros en todo el mundo. La expansión de este movimiento amenazó profundamente a la clase dominante supremacista blanca, que nunca había visto un foco de organización tan poderoso entre los cientos de miles de negros que ejercían su fuerza organizándose en una fuerza poderosa.
Los gobernantes estadounidenses tenían sobradas razones para sentirse aprensivos ante el creciente movimiento garveyista. La colosal riqueza en manos de la clase capitalista acumulada en el transcurso de los siglos a partir del sufrimiento de la mano de obra negra esclavizada.
Nadie podrá negar jamás cómo esa aprehensión resultó en la violencia que sufrieron los negros en todas partes de Estados Unidos. Tomemos, por ejemplo, los horrores que ocurrieron durante la destrucción de Black Wall Street del 31 de mayo al 1 de junio de 1921 en Tulsa, Oklahoma. Ciudadanos blancos racistas asesinaron febrilmente a personas negras mientras quemaban hasta los cimientos su comunidad de prósperos negocios.
El garveyismo es intrínsecamente internacionalista
Para disgusto de los funcionarios de Washington, poco después de la victoriosa Revolución Socialista Rusa de 1917, Marcus Garvey envió una carta a V.I. Lenin le expresa elogios y felicitaciones. Y tras la muerte de Lenin el 21 de enero de 1924, Garvey continuó elogiando los logros del líder comunista.
En un discurso pronunciado en Harlem, Nueva York, el 27 de enero de 1924, Marcus Garvey afirmó: “Uno de los hombres más grandes de Rusia, uno de los personajes más grandes del mundo y probablemente el hombre más grande del mundo entre 1917 y 1924, cuando exhaló su último suspiro. y tomó su vuelo de este mundo. Nosotros, como negros, lloramos a Lenin porque Rusia prometió una gran esperanza no sólo para los negros sino también para los pueblos más débiles del mundo”.
En el 27 de julio de 1919, Marcus Garvey expresó su condena al imperialismo británico, aliado de Estados Unidos. En una multitudinaria reunión en el Liberty Hall de Harlem, Garvey expresó su solidaridad con el Ejército Ciudadano Irlandés (ICA) que luchó contra el ejército británico durante el Alzamiento de Pascua, en un valiente intento de liberar a Irlanda del dominio colonial inglés.
Marcus Garvey condenó audazmente a Inglaterra y comparó la difícil situación del pueblo irlandés con la de África. Garvey también calificó de espantoso acto de tiranía la ejecución de James Connolly y sus camaradas a manos de soldados británicos.
En 1925, Garvey visitó Puerto Rico para reunirse con el renombrado líder nacionalista puertorriqueño, el Dr. Pedro Albizu Campos. Su franca oratoria contra las «prácticas racistas en la casa del imperio» llamó la atención de Marcus Garvey. A pesar de sus diferencias en cuanto a objetivos y tácticas, la reunión fue muy simbólica. Los dos líderes siguieron su línea de marcha por separado, pero con el máximo respeto por la lucha de liberación del otro.
El líder revolucionario vietnamita Ho Chi Minh vivió en Harlem durante su juventud y asistió a las reuniones públicas de la UNIA en el Liberty Hall, donde quedó impactado por los discursos de Marcus Garvey. Años más tarde, Ho Chi Minh habló repetidamente de la difícil situación de los negros para arrojar luz sobre la génesis de la inhumanidad del imperialismo estadounidense. Gracias a que quedó impresionado por el movimiento garveyista, en 1925 Ho Chi Minh escribió su famoso ensayo publicado titulado “Sobre el linchamiento y el Ku Klux Klan”.
La influencia de Marcus Garvey fue muy amplia. Era indiscutiblemente un internacionalista declarado que se identificaba con el sufrimiento y las luchas de otros oprimidos. El puertorriqueño negro Arturo Alfonso Schomburg, originario de la lucha por la independencia de su patria, comprendió muy bien esta cualidad empática de Marcus Garvey.
Persecución de Marcus Garvey
El éxito político y la influencia de Garvey provocaron el escrutinio del gobierno supremacista blanco de Estados Unidos. Garvey y la UNIA se convirtieron en blanco de investigaciones y sabotajes, llevados a cabo bajo la dirección del tristemente célebre J. Edgar Hoover y el Departamento de Justicia.
Los funcionarios de Washington buscaron formas de explotar los errores cometidos para agravar las divisiones internas dentro de la UNIA. Los esfuerzos del gobierno por sembrar el caos incluyeron la utilización de individuos de toda la comunidad de Harlem para manipularlos en contra de la UNIA. El Departamento de Justicia utilizó informantes, así como procedimientos legales no tan secretos, precursores de las tácticas COINTELPRO, empleadas contra el movimiento negro décadas más tarde.
Debido al creciente impulso de la lucha obrera por la jornada de ocho horas en Estados Unidos y al impacto que tuvo en el mundo la victoriosa Revolución Socialista Rusa de 1917, los funcionarios de Washington percibieron una amenaza y reaccionaron con frenesí. En consecuencia, el «Miedo Rojo» afectó a todo el espectro de la vida social y económica de Estados Unidos.
Agentes del Departamento de Justicia lanzaron redadas en escuelas públicas, universidades, oficinas sindicales, fábricas, hogares y lugares de culto. Se utilizaron medidas de gran alcance para perseguir a inmigrantes, socialistas, anarquistas y otros radicales pro-laborales.
El gobierno no se ensañó menos con Marcus Garvey y la UNIA. En 1925, Garvey fue condenado a cinco años de prisión por una acusación falsa de fraude postal. En 1927, el gobierno optó por conmutarle la pena y deportarlo a su Jamaica natal. Sin embargo, la lucha de liberación negra sigue representando una amenaza política para el sistema capitalista.
El legado de Marcus Garvey
Años después de la muerte de Garvey, su influencia nunca desapareció. La furia militante de la lucha por la liberación de los negros que estalló en la década de 1960 con la exigencia de Reparación a la cabeza se atribuye al movimiento garveyista.
Para acentuar la idea del derecho de los negros a la nación, Marcus Garvey creó un símbolo nacional, el Rojo, Negro y Verde, también conocido como la Bandera de la Liberación Negra. Hoy representa las aspiraciones y los sentimientos más profundos relacionados con la historia, la cultura y el patrimonio del pueblo afroamericano.
Figuras como Carlos A. Cooks, Arturo Alfonso Schomberg, la Reina Madre Moore, Malcolm X, el Partido de las Panteras Negras, la República de Nueva África y otros, hicieron que el significado de Marcus Garvey fuera relevante para otros pueblos oprimidos. Latinos, asiáticos, árabes e indígenas también se han visto impactados, directa o indirectamente, por los ejemplos de este gigante revolucionario histórico.
A pesar de los errores cometidos, el movimiento garveyista nos dejó muchas lecciones que debemos extraer en aras de lograr un cambio fundamental en esta sociedad. Aunque la opresión continúa, los atrevidos ejemplos de Marcus Garvey son parte de lo que servirá como camino hacia un mundo futuro mejor, libre de la supremacía blanca y el capitalismo.
Su amor por los negros y su voluntad de hacer todo lo necesario para lograr su emancipación le han hecho merecedor de un lugar especial en la historia negra y en los archivos de la lucha de clases en Estados Unidos.
¡VIVA EL LEGADO DE MARCUS GARVEY!
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